Durante siglos, la agricultura se convirtió en el sustento principal de muchas ciudades y regiones. Evidentemente, la primera necesidad que tenemos como seres humanos es la de alimentarnos, y gracias al cultivo de diferentes plantas y árboles podemos tener una dieta más variada, y no centrada solo en lo animal. La agricultura supuso un cambio absoluto de paradigma para nuestra especie, permitiendo nuestro sedentarismo y la creación de comunidades fijas en diferentes lugares, que siempre eran fértiles, para potenciar precisamente el cultivo de esas tierras. Sin embargo, desde la Revolución industrial todo ha cambiado, y en el último siglo las tecnologías están dejando muy atrás al sector primario, casi como algo residual, porque ya apenas hay gente que quiera vivir del cambio.
Es cierto que la vida en este tipo de trabajos suele ser bastante dura y pesada, y que muchos prefieren la comodidad de un trabajo de oficina, en la ciudad. El progresivo abandono del campo en las últimas décadas, con el éxodo a la ciudad, también ha provocado que la agricultura sea cada vez un sector a tener menos en cuenta. Y sin embargo, seguimos consumiendo alimentos de la huerta, frutas y verduras, y de algún sitio tienen que salir. Los que todavía aguantan trabajando en el campo viven tiempos complicados por la continua desvalorización de sus trabajos, la competencia desleal de los productores en el extranjero y un equilibrio muy débil para poder seguir viviendo de la tierra y sus frutos.
Agricultura española actual
La agricultura en nuestro país siempre ha tenido un peso determinante, ya que hemos sido una tierra fértil y rica para el cultivo de todo tipo de verduras, frutas y hortalizas. Nuestro vino es reconocido a nivel mundial, nuestro huerto es la base principal de la siempre recomendable dieta mediterránea, y en pocos lugares del mundo se crían frutas más exquisitas que las nuestras. Sin embargo, la situación en las últimas décadas no ha sido precisamente la mejor, por el continuo éxodo de la gente del campo a la ciudad, la progresiva automatización del campo, que tampoco ha traído los beneficios esperados, y la competencias desde otros mercados europeos que no han dudado en tirar los precios para lograr una mejor posición. Actualmente, la agricultura española sobrevive con ayudas como la PAC, y trata de abrirse camino en un mercado cada vez más complejos.
Agricultura de conservación
Debido a que en las últimas décadas, mucha gente ha pasado de vivir en el campo a marcharse a la ciudad, o a entornos urbanos, las tierras que antiguamente se cultivaban están quedando en desuso, y eso hace que sufran mucho más. A través de la agricultura de conservación se mantienen y se recuperan esas tierras de cultivo, para seguir generando riqueza en ellas. Se tratan de una manera especial para poder conservarlas y que no se pierdan, pese a que ya no se siembran de la misma manera que antes. La agricultura de conservación suele contar con ayudas gubernamentales ya que no se trata solo de conservar la tierra misma, sino todo el ecosistema que hay alrededor, buscando de recuperar el equilibrio natural en aquella zona, con un cultivo sostenible y ecológico.
Agricultura ecológica española
El medio ambiente está siendo cada vez más protagonista en la actualidad mundial, y si hasta ahora el ser humano no había tenido ningún reparo en sacar todo lo que podía de la tierra y utilizarla para su propio beneficio, ahora al menos lo hace consiguiendo un equilibrio lógico con la parte ecológica. Es decir, se puede producir en un huerto en un campo de cultivo siendo respetuoso con el medio ambiente, y dando como resultado productos ecológicos, cultivados de forma natural, sin pesticidas de ningún tipo, empleando métodos tradicionales para el cultivo y sobre respetando el entorno natural, para que podamos seguir disfrutando de él durante mucho tiempo. La agricultura ecológica, aunque a pequeña escala, se está haciendo cada vez más popular entre los agricultores españoles, especialmente aquellos que no poseen muchas tierras.
Agricultura en España por comunidades
Nuestro país cuenta con una gran tradición agricultora en prácticamente todo su territorio, aunque es cierto que hay algunas zonas donde la agricultura se lleva a cabo de una manera especial, antes que la ganadería, por ejemplo. En toda la zona del sur, sobre todo en Andalucía, la agricultura si que sigue siendo un sector muy importante a tener en cuenta, porque hay mucha gente que todavía vive del campo. Pasa lo mismo en Murcia, donde han tenido que adaptarse a los cultivos de secano por su especial situación con el río Segura. En toda la costa levantina, desde Alicante hasta Gerona, los cultivos también son muy habituales, ya que las temperaturas templadas del Mediterráneo los favorecen. Igualmente, en el interior encontremos sobre todo cultivo de secano, desde los olivos de Jaén al vino en La Mancha o Extremadura.
Trabajo en agricultura en España
El hecho de que muchas personas decidieran en las últimas décadas abandonar el campo por la ciudad o por entornos más urbanos no es ninguna casualidad, y se debe, evidentemente, a la dureza de la vida como agricultor, unido al poco rédito que normalmente se le saca a este tipo de tierras, a no ser que seamos unos latifundistas con una gran plantilla de trabajadores a nuestro cargo. El trabajo de agricultor o de peón en España está bastante ofertado, aunque es cierto que la ganancia no es muy elevada, precisamente porque no hay apenas beneficios para los propios productores. Es un trabajo duro, muy físico, de esos de estar al aire libre de sol a sol, a la enterperie, ante cualquier tipo de aviso climatológico, aguantando largas jornadas de siembra y de recogida en las épocas más complicadas… No es que falte trabajo, pero suele ser uno que no es muy del gusto de los trabajadores.