Cultivar con LED, paso a paso

Autor: Alejandra Rueda Pacheco
Fecha de publicación: octubre 30, 2019

Los cultivos de interior siguen siendo importantes para muchas personas que han decidido que, por espacio, por facilidad o por cualquier otro motivo, tienen que cuidar sus plantas en un espacio cerrado y con unas condiciones tanto de temperatura como de luz muy especiales. Estos cultivos de interior se llevan realizando desde hace décadas, pero es cierto que en los últimos tiempos están evolucionando a una gran velocidad, puesto que hay muchos avances en torno al tema que son realmente interesantes y que sirven para conseguir que los cultivos sean más efectivos y de mayor calidad. Uno de estos avances ha sido introducir las bombillas y focos LED como fuente de iluminación de esos cultivos de interior, algo que ha acarreado sustanciosas mejores.

Es cierto que los focos LED suelen ser más caros que las bombillas tradicionales, y que al principio suponen una inversión más alta. Sin embargo, si lo entendemos precisamente como una inversión, no deberíamos dudar a la hora de colocar este tipo de luces en nuestro pequeño cultivo interior, porque son mucho más beneficiosas en varios aspectos, desde la propia luz que emiten a su durabilidad, que es bastante mayor a la de las bombillas habituales. Para que el cultivo crezca bien debemos mantenerlo siempre iluminado casi como si estuviera bajo el propio sol, así que debemos buscar no solo una buena luz, sino también un foco que equilibre la temperatura perfecta para el cultivo. Con los focos LED esto es mucho más sencillo de conseguir, tal y como te explicamos a continuación.

Tipos de luces led para cultivos

Existen numerosos tipos de LED que podemos utilizar en nuestros cultivos, sobre todo teniendo en cuenta los factores de luminosidad y temperatura, que por supuesto son los más importantes a la hora de criar en interior. La mayoría de cultivos, eso sí, necesitaran al menos tres tipos de luces para crecer en condiciones. El primero, un LED blanco para controlar precisamente la luminosidad, la propia luz que reciba el cultivo, como si fuera la solar. El LED rojo permitirá controlar la temperatura y los rayos infrarojos de baja potencia, mejorando así el crecimiento. Por último, los rayos ultravioletas que también son imprescindibles para un cultivo sano y fuerte serán aportados por LEDs de color azul, cerrando el círculo y terminando con la coherente disposición de todas estas luces.

Beneficios y contras de cultivar con LED

Aunque como todo en la vida hay pros y contras a la hora de incluir focos y luces LED en nuestros cultivos interiores, las ventajas parecen ganar sobre las desventajas. Y es que la principal pega que podemos ponerle a este tipo de iluminación es su poco alcance de luminosidad, su corta profundidad, que hará que si tenemos un espacio algo más grande, necesitaremos muchas bombillas, que además serán más caras. Sin embargo, estos focos LED son mucho más duraderos y ofrecen unas opciones de control mucho mayores que las bombillas tradicionales, además de mejorar el crecimiento de cultivo gracias al control de temperatura que nos permite.

El espacio de cultivo

Evidentemente, para tener un buen cultivo interior debemos contar con un espacio adecuado, y no solo para el tema de las plantas, aunque será lo primordial, sino también para nuestros focos. La iluminación es imprescindible para que el cultivo pueda desarrollarse fuerte y sano, y debemos tener muy en cuenta las diferentes opciones para concretar la forma en la que vamos a iluminar nuestro cultivo. Si el espacio es muy grande necesitaremos muchísima iluminación, así que lo más habitual es crear pequeños espacios de no más de cuatro o seis metros cuadrados, donde el control del cultivo sea mucho más controlable gracias a la iluminación LED, que será constante, no lo olvidemos, con todo lo que eso supone para nosotros en cuando a la inversión y el gasto, aunque los LED son siempre más económicos.

La intensidad de la luz

Hay un montón de variables que ayudan a que el cultivo sea mucho más fuerte o crezca más rápidamente, pero la propiedad más importante ser la de la intensidad de la luz. Debemos poder recrear unas condiciones casi perfectas de luz natural para que nuestro cultivo se desarrolle, y para eso, las luces LED son mucho más adecuadas, ya que nos permiten controlar todos esos aspectos de una manera más sencilla y concreta. La intensidad de la luz o luminosidad dependerá, como hemos visto antes, de los LED blancos, que son los que aportan ese tipo de luz blanca más intensa por momentos. Gracias a las nuevas bombillas LED y a los focos con tecnologías innovadoras, podremos controlar perfectamente esa intensidad en todo momento.

¿Cuántas horas de luz necesitan las plantas?

Esto dependerá muchísimo del tipo de cultivo que tengamos, pero está claro que hay ciertas plantas que necesitan mucha luz y paciencia para crecer. En un estado normal, dentro de un cultivo de interior y con unas condiciones de temperatura óptimas, las plantas normalmente necesitan unas 18 horas de luz, incluso 20 en algunos casos, para poder crecer a buen ritmo. También hay que discernir entre el proceso de desarrollo, que es el primero, y el de floración, en el que la planta ya ha crecido bastante y necesita otras condiciones. En este caso, lo mejor es dejar los focos encendidos básicamente la mitad del día, y apagados el resto del tiempo. Esto se puede conseguir gracias a temporizadores que son muy útiles para este tipo de cultivos.