A estas alturas, hablar de la importancia de la alimentación en nuestra salud puede parecer casi redundante, porque ya está todo dicho. Los estudios no dan lugar a dudas, y el hecho de comer bien, sano y variado, siempre supone una mejora en nuestra calidad de vida. El problema es que para la gente corriente, comer “bien” significa hacer dieta, restringir un montón de alimentos que consumen habitualmente, por pura costumbre. El ritmo de vida que hemos llevado en estas décadas nos ha empujado a alimentarnos de una forma no muy sana que digamos, con comidas preparadas y ultraprocesadas que no poseen precisamente muchos beneficios, más bien al contrario. Las prisas, el trabajo, el estrés, hacen que sea mucho más fácil prepararse un plato precocinado que hacer un guiso, o preparar una ensalada. Si sumamos a esto el sedentarismo en el que muchos están cayendo, la salud en general se verá totalmente afectada.
Y cuando nuestra salud decae, todo lo demás se vuelve mucho más complicado. Pensamos que nos hemos acostumbrado a este ritmo de vida frenético, a aguantar incluso esos kilos de más, pero en realidad estamos sufriéndolo todos los días. La comida basura nos afecta en prácticamente cada sector de la vida, desde el sueño hasta el desempeño sexual. Y esta última parte es especialmente importante cuando tenemos pareja y la relación se ve afectada por una falta de deseo, o por problemas carnales a la hora de disfrutar del sexo. De repente ya no somos tan fogosos en la cama, ya no tenemos la capacidad de disfrutar de la forma en la que lo hacíamos antes. Lo intentamos, pero nuestro desempeño no es el mismo. No aguantamos tanto, no tenemos tanta resistencia… Muchos lo achacan con la edad, pero más que eso, la realidad es que el estado de forma no tiene tanto que ver con un número de años, sino con nuestro propio desempeño físico. Hay personas con más de cincuenta años que corren carreras y maratones y están estupendas. Lo han conseguido a base de deporte y sobre todo, de una buena alimentación, porque eso está muy relacionado con nuestro desempeño sexual.
Lo que comes es lo que disfrutas
Comer sano nos ayudará a disfrutar mucho más de la vida, en todas sus facetas, incluida la sexual. En este sentido, los alimentos tienen una función especialmente importante, ya que nos aportan la fuerza, la resistencia e incluso la actitud necesaria para afrontar esos momentos íntimos de la mejor manera. Hay personas que han caído en situaciones de apatía, estrés o depresión, y que han logrado revertir todo eso solo cambiando su dieta por una más sana. Se duerme mejor, se descansa más, se tiene más fuerza, más claridad mental… Y a la hora del sexo, se está mejor preparado para disfrutar de esos momentos intensos, sea cual sea nuestra edad. Porque al final, comer bien significa cuidarnos, y eso siempre es positivo para nosotros y para nuestro cuerpo.
Alimentos afrodisíacos
Afrodita era la diosa del amor y la belleza, adorada por los griegos. Una deidad que con el tiempo ha ido fundiéndose con otras, al ir cambiando la forma de entender la religión, pero que siempre se ha mantenido como ejemplo perfecto para explicar el deseo y el amor. De hecho, en la cultura romana, inmediatamente posterior a la griega, su lugar lo ocupaba Venus. La ligazón de esa diosa al deseo ha llegado hasta nuestros días a través de una palabra, un adjetivo que se conecta con cierto tipo de alimentos, los afrodisíacos. Se llama así a la comida y a la bebida que supuestamente provoca un chute de deseo carnal, y que nos hace estar mejor preparados para el placer, como si fuera gasolina para nuestro vicio.
Los alimentos afrodisíacos han existido desde siempre, y ya hace miles de años que nuestros antepasados tomaban ciertas hierbas, o cierta carne de animal, para un mayor desempeño sexual. De hecho, en la Antigüedad se creía que la carne de un animal salvaje daba mucha fuerza a quien la comía porque traspasaba esa furia que el animal llevaba dentro. Hoy sabemos que tiene que ver con otro tipo de aportes, pero al fin y al cabo, el resultado es el mismo. El chocolate, las otras, el ginseng, incluso los huevos, son alimentos considerados afrodisíacos en mayor o menor medida. Muchos de ellos lo son porque facilitan las erecciones más duraderas, gracias a mejorar la circulación sanguínea. Nos aportan fuerza y vitalidad para aguantar más y disfrutar del momento del sexo con mayor plenitud. Y aunque tampoco son una píldora mágica (eso ya son otros temas), su consumo habitual, siempre con un buen control, supone una mejora para nuestra salud en general.
Comida procesada, nuestro mayor enemigo
Pero no estamos diciendo que haya que comer solo alimentos “afrodisíacos” para tener una vida sexual mucho más plena. De hecho, como suele decirse, en la variedad está el gusto, y lo mejor que podemos hacer en este sentido es disfrutar de una alimentación muy heterogénea. Cualquier especialista nos podrá crear un menú perfecto para nosotros, según nuestras circunstancias, no para adelgazar o para perder kilos, sino para comer bien, sano, de una vez por todas. No se trata solo de comer tal o cual alimento, sino también de huir de otros que nos causan más mal que bien. La comida procesada, por ejemplo, es lo primero que tenemos que sacar de nuestra dieta si queremos sentirnos mucho mejor con nuestra alimentación.
Estos platos precocinados suelen ser muy sencillos de preparar, y además son sabrosos, por cuentan con un montón de añadidos. Eso ha provocado que en muchas ocasiones, la gente opte por ellos en lugar de preparar una buena receta más sana y equilibrada. La falta de tiempo, el estrés, nos empujan a este tipo de alimentación mucho más perjudicial. De la misma forma que conviene evitar el alcohol o la bollería industrial, los alimentos ultraprocesados deberían restringirse al mínimo o sacarse por completo de nuestra dieta. Y es que este tipo de comida suele provocar un aumento del colesterol en sangre, hipertensión y otros problemas derivados. Todo ello nos afecta a muchos niveles, incluyendo el sexual, ya que nuestro rendimiento no será tan bueno si sufrimos este tipo de problemas.
La dieta de las prostitutas
Las trabajadoras sexuales son absolutas expertas en este tipo de alimentación, aunque es cierto que a veces, por sus limitaciones económicas, no pueden disfrutar de ella tanto como querrían. Sin embargo, saben muy bien que hay ciertos alimentos que les permiten tener más aguante en la cama, para poder estar con muchos clientes en una sola jornada. Los dulces son especialmente apropiados para tener ese chute de intensidad y fuerza carnal, aunque en muchas ocasiones, las mejores alternativas son las frutas, como el plátano o el kiwi. Las amantes profesionales han hecho del sexo su modo de vida, y su alimentación debe ir en consonancia a su trabajo, también para mantener la forma y seguir resultando atractivas a los clientes.