La alimentación es una de las bases de nuestra salud, una de las formas más eficaces de vivir sanos y fuertes, sea cual sea nuestra edad. Son muchos los estudios que relacionan el comer sano con una vida mucho más saludable, con la ausencia de ciertas enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, que pueden afectarnos de manera grave si las sufrimos. El ejercicio físico es el otro gran pilar para mantenernos en forma y permitirnos vivir más y mejor. Pero volviendo a la alimentación, cuando uno habla de comer sano siempre hay cierta polémica, por lo que cada cual considera que significa esto. Debería ser algo sencillo de ejemplificar, sin duda, porque al final hay alimentos que son más sanos y otros que son más perjudiciales para la salud, pero también hay mucho enredo, y mucha leyenda urbana, en torno a este tema.
Hay alimentos que son supuestamente sanos pero que al final sí que tienen ciertos efectos negativos sobre nuestro cuerpo, especialmente cuando abusamos de ellos. Hay otros alimentos que han sido señalados como poco saludables, pero que en realidad sí que nos ayudan a mantener nuestro organismo en las mejores condiciones posibles. De ahí que debamos intentar discernir, con la ayuda de un nutricionista profesional si es necesario, lo que cada alimento nos aporta. Pero más allá de eso, también podemos seguir ciertas reglas y directrices que no tienen que ver solo con la elección entre uno u otro alimento, sino sobre la forma de cocinar, de completar los platos, de terminar las recetas… Esto también nos ayudar a cocinar de una forma mucho más saludable y se notará finalmente en nuestro cuerpo, en nuestro organismo.
La utilización de alimentos frescos y de calidad
Es una de las bases imprescindibles de cualquier dieta, sea la que sea la que queramos escoger. Cuando hablamos de dieta no lo hacemos sobre una reducción de lo que comemos, sino más bien sobre la serie de alimentos que escogemos para ingerir a lo largo de una semana, por ejemplo. Escoger unos y otros es importante, pero casi más aun es poder conseguir alimentos frescos, que sean de calidad, como verduras, frutas y hortalizas. Nada de alimentos congelados, nada que precocinados o ultraprocesados, porque esos alimentos traen aditivos que son muy perjudiciales para nosotros, y no debemos caer en esa trampa. Son alimentos más sencillos de encontrar y muchas veces más baratos, pero para nada sanos. Si tenemos una frutería cerca, mejor acudir siempre a este tipo de establecimientos.
Base vegetal para cocinar
Cada plato que preparemos debe llevar, como guarnición o como base principal, algo vegetal. Y es que este tipo de alimentos nos proporcionan muy buenos nutrientes y nos permiten disfrutar de una salud de hierro, además de ser poco calóricos, con lo que podemos disfrutar de ellos sin pensar demasiado en los kilos que vamos a poner o en la grasa que vamos a poder coger. Desde champiñones a berenjenas, pasando por espinacas, brócoli o acelgas, todo este tipo de alimentos vegetales supone un plus de salud para nuestra dieta, para que la mantengamos bien equilibrada, mezclando todo ello con un poco de pescado, por ejemplo, algo de pasta, legumbre o incluso carne, sin abusar de estos otros alimentos, para mantenernos siempre en el buen camino.
Utilización de grasas saludables
Cuando muchos escuchan la palabra grasa ya se ponen a templar, porque piensan que todas las grasas que existen son malas, cuando en realidad no es así. Las grasas poco saludables suelen estar relacionadas con cierto tipo de carne roja, con el alcohol, los dulces y otros alimentos que, al tener una gran cantidad de aditivos, imposibilitan que el propio organismo sea capaz de metabolizarlo todo, y esa grasa al final se queda con nosotros, adherida en muchas ocasiones a nuestro tejido o a las propias paredes arteriales, lo que puede provocar problemas de circulación y enfermedades vasculares. Pero existen grasas saludables, como las de los vegetales y hortalizas, que ayudan precisamente a combatir el exceso de las otras, y nos permiten tener un cuerpo mucho más sano, gracias a esa dieta equilibrada.
Cocinar alimentos saludables al horno
Porque ya comentábamos antes que no se trata solo del tipo de alimento en sí, sino de la manera en la que lo podemos cocinar, de la forma en la que hagamos la receta, que también tiene mucho que decir en torno a su salubridad. Si abusamos de los fritos, por ejemplo, estaremos poniéndonos en un grave peligro porque este tipo de alimentos, así cocinados, sí que tienen mucho peso luego en nuestra dieta, de forma negativa, claro está. Sin embargo, hay formas de cocinar mucho más saludables, obteniendo además el mismo resultado y con un sabor en muchas ocasiones más exquisito. Cocinar al vapor, por ejemplo, nos evitará poner tanto aceite en el alimento. Hacerlo al horno, aunque es algo más laborioso, también dará mejores resultados tanto en textura como en sabor y por supuesto, también en salubridad, al no tener que meter el alimento en una sartén con aceite o en una freidora.
El horno suele ser una buena manera de crear una receta espectacular para todo tipo de alimentos, desde los vegetales hasta la cerna y el pescado. Por supuesto, debemos estar más pendientes de este tipo de comidas ya que al meterlas en este aparato tardarán un poco más en hacerse. Sin embargo, vale la pena esa espera por tal de probarlas con su sabor original, potenciado tal vez con un poco de salsa casera cien por cien saludable y preparada por nuestra cuenta. El horno se convertirá en tu mayor aliado para evitar los alimentos poco saludables, y en lugar de freír patatas bien puedes prepararlas aquí, al horno, con un resultado igualmente exquisito pero mucho más equilibrado. Con un simple gesto ya has dejado atrás buena parte de las grasas insalubres que ibas a ingerir. Así no es tan complicado llevar una dieta sana.